La ventilación es fundamental para reducir el riesgo de contagio por coronavirus en oficinas compartidas. Encontrar la temperatura ideal puede convertirse en un verdadero caballo de batalla entre compañeros de trabajo. ¿Qué tipo de edificio es mejor para mantener la calma y el bienestar?
Los aerosoles se acumulan rápidamente en espacios cerrados y se propagan por toda la habitación. Son una posible vía de transmisión del coronavirus. Permanecer en espacios pequeños con escasa o ninguna ventilación durante un periodo de tiempo prolongado aumenta el riesgo de transmisión de aerosoles. Según la OMS, ventilar las estancias de manera frecuente reduce considerablemente el riesgo de contagio por coronavirus.
Ventilación frecuente y exhaustiva en espacios interiores
La ventilación permite la entrada de aire limpio, lo que disminuye la concentración de aerosoles. Cuanto más aire limpio entra en la estancia, más aerosoles se diluyen en el aire interior. Además, el aire limpio garantiza la calidad del aire interior e impide la formación de moho. Con bajas temperaturas, la renovación del aire no debería tardar demasiado. No obstante, es necesario asegurarse de que el aire viciado salga de la habitación y dejar entrar el aire más seco y rico en oxígeno. Por eso, se recomienda abrir las ventanas al menos 3 veces al día (incluso en invierno). Cuantas más personas ocupen un espacio, tanto para reuniones como en el ámbito privado, más ventilación se requiere.
Nuestro equipo de investigación hizo un estudio comparativo acerca de cómo se relaciona la ventilación con el tipo edificatorio, simulando la circulación del aire en diferentes tipos de viviendas. Las casas aisladas con muros gruesos, que tienen una mayor inercia térmica, permitieron que la temperatura ambiente se mantuviera más elevada durante los ciclos de ventilación que en las construcciones con muros de menor masa. Asimismo, se descubrió que en las casas con muros macizos, como viviendas de hormigón y ladrillo, una vez que se cerraron las ventanas, la temperatura ambiente alcanzó el valor deseado de 21 °C más rápidamente que en las viviendas más «ligeras», por ejemplo, las construcciones de madera aligerada.
Método de investigación
En diciembre de 2019, se abrieron completamente todas las ventanas de todos los módulos del Viva Park con aislamiento —excepto la vivienda de hormigón celular— durante 30 minutos cada una (ventilación de choque). Un sensor de temperatura registró la temperatura ambiente antes, durante y después de la ventilación. En noviembre de 2020, se llevó a cabo la ventilación basada en las recomendaciones actuales por la COVID-19. Para ello, se abrieron las ventanas de los módulos con aislamiento (un módulo por cada tipo de vivienda) durante 15 minutos, se volvieron a cerrar durante 30 minutos, se abrieron de nuevo durante 15 minutos, a continuación, se cerraron durante 30 minutos y se volvieron a abrir durante 15 minutos. Las temperaturas ambiente se registraron a lo largo de todo el ciclo.
Aviso legal: Este artículo no es una recomendación sanitaria. Se centra exclusivamente en los efectos de la ventilación en la temperatura ambiente.