Está comprobado que en los casos de fallo de los sistemas de calefacción o refrigeración, las casas más solidas y provistas de aislamiento térmico por el exterior (SATE) permiten superar un corte de calefacción de 48 horas en invierno y presentan temperaturas interiores significativamente más soportables en verano sin la necesidad de refrigeración.
En un estudio exhaustivo, los expertos de Baumit VIVA Research Park simularon los efectos de un fallo de calefacción de 48 horas con temperaturas exteriores cercanas al punto de congelación: para ello, se apagó la calefacción en 12 casas de Baumit Viva Research Park. La temperatura interior inicial era de 21 °C y la temperatura exterior de alrededor de 0 °C.
Mayor resiliencia en caso de fallo de calefacción, temperaturas interiores significativamente más soportables durante olas de calor. Foto: Baumit
Durante los ensayos realizados en días invernales fríos se alcanzó la temperatura más baja durante una fallo de calefacción en la casa que cuenta con un muro de ladrillo de 25 cm sin aislamiento. A pesar de que la temperatura inicial era de 21 °C, después de 48 horas la temperatura interior había descendido a menos de 10 °C y la temperatura de la superficie de la pared a menos de 8 °C. Después de activar nuevamente la calefacción por suelo radiante, se necesitaron al menos tres días completos para volver a alcanzar la temperatura inicial en esta casa.
Por el contrario, en las casas aisladas y sólidamente construidas, la temperatura media del aire interior alcanzó al cabo de 48 horas una temperatura tolerable de 17 °C, manteniendo la temperatura media de la superficie de la pared a 16,5°C. La temperatura confortable de 21 °C se volvió a alcanzar después de solo un día con la calefacción encendida. Esta es una diferencia significativa que, en condiciones marco iguales, solo se puede atribuir al aislamiento térmico.
Mayor resiliencia en caso de fallo de calefacción, temperaturas interiores significativamente más soportables durante olas de calor.
Nueva serie de ensayos VIVA: se llega a la conclusión de que las casas con mayor inercia y aisladas con SATE no requieren de aire acondicionado y que el aislamiento de la fachada contribuye de manera decisiva en un clima interior agradable, ahorrando energía en invierno y en verano. Según el Instituto Central de Meteorología y Geodinámica de Austria, el verano 2022 fue el cuarto verano más cálido en ese país desde que comenzaron los registros. Año tras año, aumentan las temperaturas veraniegas. A pesar del aumento de los precios de la energía, los propietarios se ven obligados a instalar cada vez más aparatos de aire acondicionado, incrementando los costs. Aquí es donde una segunda serie de pruebas en Baumit Viva Research Park es de interés. Los datos medidos a lo largo del verano muestran que en una casa de construcción sólida y equipada con un sistema de aislamiento térmico por el exterior (SATE) adecuado, la confortable temperatura interior de 24 °C no se superó en un solo día. En otras palabras, el aire acondicionado no habría sido necesario en absoluto. Sin embargo, el panorama cambia cuando se trata de una casa sin aislamiento: aquí, habría sido necesario usar aire acondicionado durante aproximadamente tres semanas. Esto hubiera supuesto un gasto de energía durante tres semanas, mientras que en la casa de construcción sólida y aislada con SATE no habría habido consumo de energía ni gastos asociados.
En los meses de junio, julio y agosto, las temperaturas medias diarias en el interior de la construcción sin aislamiento superaron los 24 °C durante 20 días. Durante el mismo período de tiempo, la temperatura en las casas con mayor inercia e aislamiento térmico por el exterior estuvo constantemente por debajo 24°C. Según las recomendaciones generales para una temperatura interior de 20 a 24 °C, en las casas sin aislamiento se habría necesitado aire acondicionado durante 20 días este año. Por el contrario, no se habría requerido en absoluto en una casa aislada con un SATE.
“La diferencia entre un edificio aislado y sin aislamiento y también si se construyó con una estructura sólida o ligera es notable. Independientemente de si es invierno o verano, la combinación de aislamiento térmico y masa de almacenamiento evita un enfriamiento o calentamiento rápido. Cada metro cuadrado de fachada rehabilitada energéticamente ahorra hasta 100 kWh de energía al año, hace innecesario el aire acondicionado, protege de fallos técnicos a corto plazo y reduce significativamente las emisiones de CO2. Solo el no uso de energía de calefacción y refrigeración es neutral para el clima”, concluye Georg Bursik, director general de Baumit GmbH, con respecto a los resultados.