Las fachadas de colores siempre han iluminado el aspecto de ciudades y pueblos, ¿pero influye la selección del color en la temperatura interior?
Según los meteorólogos, las olas de calor son un fenómeno natural. Sin embargo, el cambio climático está cada vez más presente en nuestras latitudes: desde el año 2000, se ha producido un aumento demostrable en la temperatura media y se ha incrementado el número de olas de calor, lo que ha disparado los problemas de salud. Cada vez más personas se preguntan: «¿Debemos evitar los colores oscuros en las fachadas para enfriar las estancias?».
La verdad es que la mayoría de las fachadas favoritas de nuestros usuarios son blancas. Es posible que ya hayamos adaptado nuestras preferencias al cambio climático. Nuestro equipo de investigación preparó una simulación permanente para dilucidar si es necesario evitar el color en las fachadas para combatir el calor del verano.
Lo cierto es que el efecto en las casas de ladrillo sin aislamiento es notable. Con una temperatura exterior simulada de 32 °C y luz directa, una fachada negra aumentó la temperatura del paramento de la estancia en torno a 5 °C. Sin embargo, en la casa de hormigón con aislamiento apenas había diferencia en la temperatura de la pared interior: 26,3 °C en la fachada blanca frente a 26,9 °C en la fachada negra. La que tuvo un peor rendimiento fue la casa de hormigón negro sin aislamiento.
La investigación muestra que es posible emplear una amplia gama de colores para la fachada sin perjudicar al clima interior siempre que se use el material de construcción adecuado. Más información sobre VIVA Research Park.